En el siglo XVI, se crearon las
estafetas postales, oficinas de correo en todas las principales capitales del
reino. Este servicio estaba basado en el relevo de caballerías i del
establecimiento de guías fijos para su salida y llegada. Las figuras más
significativas fueron el jinete correo y el jinete postillón, este ultimo era
el encargado de acompañar al jinete correo y volver a su punto de partida con
las caballerías que habían hecho el recorrido. El jinete postillón iba tocando
la trompeta o cornamusa par advertir de su llegada y así intercambiar los
caballos.
De aquí viene que durante muchos años a
todas las oficinas postales se les denomino ESTAFETA, más tarde oficinas
técnicas.
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