
Son cinco grandes compañías transnacionales de la agrobiotecnología quienes controlan el mercado, Monsanto es la que mayor producción tiene con un 91% de estas semillas.
Las características de estas semillas son: la tolerancia a herbicidas y producción de toxinas plaguicidas. Estudios han demostrado que no rinden más que los cultivos naturales y son más contaminantes, pero sí que con sus patentes de estas semillas ejercen un control sobre el sistema agro-alimentario mundial. Los cultivos más extendidos son los cereales, destacando el maíz, el arroz, la soja, etc.
El uso de transgénicos trae riesgos para la salud y el medio ambiente, ya que se hacen resistentes a los herbicidas y cada vez estos son más fuertes pasando a los alimentos y al medio ambiente por la polinización y el agua, creando nuevas semillas híbridas por contaminación genética que pueden destruir el ecosistema natural, pues estas semillas no se guardan de un año para el otro sino que siempre tienen que ser nuevas, lo que supone un gran desembolso para el agricultor y el consumidor, pero un gran negocio para estas compañías. Para el hombre aunque creamos que no hay ningún problema, realmente existe, pues no sólo está en los alimentos frescos de frutas y verduras sino en los alimentos elaborados y las carnes, no olvidemos que los cereales es la base de la alimentación del ganado.
La conciencia de este problema no viene solo por los ecologistas si no por agricultores y científicos. Recientemente el comisionado europeo de Medio Ambiente, Stravos Dimas ha propuesto la prohibición de dos maíces transgénico por los riesgos que supones, basándose en evidencias. La UE en la disputa comercial de estos productos con EEUU llego a decir que no se deberían cultivar transgénicos hoy por hoy por la falta de conocimientos sobre su impacto en el medio ambiente a largo plazo.
El 80% de los cultivos transgénicos están concentrados en 4 países, EEUU, Canadá, Argentina y Brasil, pero EE.UU. está pensando en volver al cultivo tradicional por el aumento de la resistencia a las plagas. En Europa han sido prohibidos en 11 países, siendo la excepción España que cultiva maíz transgénico a gran escala, solo África no tiene cultivos transgénicos.
Volvamos a las formas de cultivos tradicionales, fijémonos en las etiquetas, hay productos que si pone: no usado transgénicos. Tenemos derecho como consumidores a tener información, pero la real no la que ellos quieren que tengamos. También tenemos derecho y obligación de cuidar nuestro ecosistema.
Como curiosidad diré que el 8 de Abril es el día internacional contra los transgénicos.La agroecología promueve la vida, los transgénicos la muerte.
No a los transgénicos, juntos podemos.
M Jose
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