Ya hace unos años que fui allí. Indudablemente no es una ciudad típicamente turística. Pero tenia dos motivos para ir: The Beatles y el Liverpool Football Club.
La ciudad fue duramente castigada por los bombardeos nazis y en los ochenta la “Dama de Hierro” la remató con una reconversión industrial que la llevó al desastre, perdiendo cantidad de empleos, lo que obligó a muchos a marcharse. De hecho actualmente no llega a medio millón de habitantes.
Pero se ha rehecho como demuestra el hecho de que los abandonados “docks” (muelles) son ahora una zona muy maja con tiendas de todo tipo, restaurantes y algún que otro museo como el Marítimo. Junto a esta zona se encuentra el “The Beatles Story”, museo con cantidad de objetos, fotografías, etc. Del mítico grupo (entre ellos el piano blanco con el que John Lennon tocó Imagine). 
Pero aparte de esto la ciudad tiene cosas interesantes que ver, como la Universidad, el edificio de la Aduana junto al rio Mersey, las dos catedrales (una gótica y otra moderna) y un barrio pintoresco como el barrio chino con sus comercios, talleres e incluso algún edificio típicamente oriental.

Y por último el principal motivo que me llevó allí, era presenciar un partido del Liverpool en su mitico estadio de Anfield y cantar su famoso himno “You’ll never walk alone”. Fui el dia anterior al partido, conseguí una entrada y visité el museo del club con sus cinco copas de Europa en las vitrinas. Y el día del partido a cantar con 45.000 personas más el himno conocido en todo el mundo. Aunque a uno no le guste el futbol, el vivir ese momento es impresionante. Dan ganas de llorar de emoción (alguna lágrima se me escapó)
Y como siempre, la típica excursión no podía faltar. Un autobús desde la estación central y a pasar el dia a Manchester. Típica ciudad inglesa –aparte Londres- sin grandes atractivos. Un museo muy interesante en una antigua estación de tren, una vuelta por Picadillys Gardens y en una zona verde y con pequeños canales, muy agradable, tomar una buena pinta en Catalan Square y el pub Barça.
El cambio de moneda no es ningún problema. Incluso hay máquinas que te cambian Euros por Libras. De la comida –toda la fama que tiene es merecida- mejor ni hablar. Y a cuidar la tortícolis del primer día. Para cruzar las calles miras hacia un lado y te das cuenta de que los coches vienen por el otro. Acabé con un mal de cuello...
Y la vuelta la hice, como no, desde el Liverpool John Lennon Airport, en cuya entrada o salida hay un Yellow Submarine.
Quiero dedicar este escrito a la memoria de las 96 víctimas del Liverpool en una avalancha humana en un partido de copa en Sheffield, y del queel pasado 15 de abril se cumplieron 25 años. El Liverpool Memorial está en recuerdo de las víctimas en la puerta de Anfield y siempre está lleno de flores y bufandas.
“You’ll never walk alone”
Good bye
Fernando.
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