Ciudad de unos 500.000 habitantes, es la capital de Eslovaquia desde la separación de la República Checa en 1993. Como muchas ciudades del Este, está llena de contrastes.
El centro histórico, casi todo peatonal, está lleno de palacios, iglesias, museos y diversos edificios civiles de varias épocas, algunos de ellos interesantes.
Como curiosidad existen muchas estatuas en los sitios más insospechados. Puedes encontrarte con un soldado napoleónico haciendo guardia en su garita, “el observador” que es un trabajador que se asoma desde una falsa alcantarilla para, desde abajo, “observar el paisaje”. O “El Paparazzi” que semiescondido en una esquina intenta sacar una foto de alguien. Indudablemente, también existen estatuas sobre la historia, como la que hay en la céntrica Slovens Kého Narodného Povstania (plaza del Levantamiento Nacional Eslovaco) con la figura de un partisano con su arma, en la guerra de liberación contra el fascismo.
Aparte de pasear por el centro con tranquilidad y de poder visitar sitios interesantes como el Palacio del Primado, el teatro Nacional o la Galería Nacional Eslovaca hay una visita obligada: el Hrad (Castillo de Bratislava. Se alza en lo alto de una colina desde la que se tiene una vista entera de la ciudad vieja, por una parte y también del Danubio y el puente nuevo que une las “dos” bratislavas. En el puente nuevo hay una torre con forma de ovni que alberga un restaurante y una discoteca. Al otro lado del Danubio se encuentra el “interesante” barrio de Petrzalka, una sucesión de edificios de varias plantas, todos iguales (de feos) y sin ningún atractivo. Igualitarismo comunista.
El comer y el beber, aquí sí, resultan más baratos que en otros sitios. En muchos establecimientos, aparte del precio, te ponen la cantidad que llena el plato. En pastas de 400 o 500 grs cada plato (excesivo) y si pides una pizza individual podría comer toda una familia y numerosa. Un plato de pasta o rissotto o la pizza “individual” más una buena pinta de cerveza de 5 a 6 euros.
Su moneda oficial es el euro y yo cuando fui sin enterarme. Al preguntar, a la llegada al aeropuerto, por un banco para cambiar euros por coronas eslovacas me dijeron que eso ya no se llevaba. La cara de “guiri” gili que se me quedó debió de ser de órdago.
E X C U R S I O N E S
VIENA (Austria)
Ir a Viena es muy sencillo ya que está a sólo unos 60 kms de Bratislava. La manera más bonita de ir es en barco. Desde Bratislava y navegando por el Danubio se llega en 1 h. 30 min.
Aproximadamente. Un viaje muy bonito viendo pequeños pueblos y castillos semiderruidos hasta llegar a Viena. El viaje de ida y vuelta me costó 25 €. Una vez en Viena, lo de siempre, patear el centro de una ciudad llena de turistas, pero muy agradable.
Recomiendo ir a visitar el parque del Prater, auténtico pulmón verde de la ciudad, donde los vieneses van a pasear, correr, ir en bicicleta o a divertirse en el parque de atracciones con su famosa y cinematográfica noria, y almorzar alli. Los precios son muy “europeos” aunque sin excesiva diferencia con lo que se paga últimamente por aquí. Se paga en Euros.
BRNO (República Checa)
A unos 110 kms. De Bratislava se encuentra Brno. En dos horas te plantas allí. Es otra ciudad típica centroeuropea con su centro histórico precioso y tranquilo y el resto un poco caótico. Me llamó la
atención el nivel de vida que vi, era más bajo que el de Bratislava y con zonas de la ciudad bastante descuidadas. Unas pocas horas bastan. En Chequia utilizan la Corona Checa y el cambio es aprox. 1 € = 30 Coronas. Vas lleno de billetes con muy poco valor y la chatarra ni digamos. Una buena pinta de cerveza en una terraza del barrio antiguo me costó 45 coronas (1,5 €).
Este viaje lo hice en septiembre de 2010 y avión máss hotel (6 noches) en Bratislava en el Hotel Kiev (muybueno) salió por unos 300 boniatos.
Do videnia
Ahaj
Fernando
El centro histórico, casi todo peatonal, está lleno de palacios, iglesias, museos y diversos edificios civiles de varias épocas, algunos de ellos interesantes.
Como curiosidad existen muchas estatuas en los sitios más insospechados. Puedes encontrarte con un soldado napoleónico haciendo guardia en su garita, “el observador” que es un trabajador que se asoma desde una falsa alcantarilla para, desde abajo, “observar el paisaje”. O “El Paparazzi” que semiescondido en una esquina intenta sacar una foto de alguien. Indudablemente, también existen estatuas sobre la historia, como la que hay en la céntrica Slovens Kého Narodného Povstania (plaza del Levantamiento Nacional Eslovaco) con la figura de un partisano con su arma, en la guerra de liberación contra el fascismo.
Aparte de pasear por el centro con tranquilidad y de poder visitar sitios interesantes como el Palacio del Primado, el teatro Nacional o la Galería Nacional Eslovaca hay una visita obligada: el Hrad (Castillo de Bratislava. Se alza en lo alto de una colina desde la que se tiene una vista entera de la ciudad vieja, por una parte y también del Danubio y el puente nuevo que une las “dos” bratislavas. En el puente nuevo hay una torre con forma de ovni que alberga un restaurante y una discoteca. Al otro lado del Danubio se encuentra el “interesante” barrio de Petrzalka, una sucesión de edificios de varias plantas, todos iguales (de feos) y sin ningún atractivo. Igualitarismo comunista.
El comer y el beber, aquí sí, resultan más baratos que en otros sitios. En muchos establecimientos, aparte del precio, te ponen la cantidad que llena el plato. En pastas de 400 o 500 grs cada plato (excesivo) y si pides una pizza individual podría comer toda una familia y numerosa. Un plato de pasta o rissotto o la pizza “individual” más una buena pinta de cerveza de 5 a 6 euros.
Su moneda oficial es el euro y yo cuando fui sin enterarme. Al preguntar, a la llegada al aeropuerto, por un banco para cambiar euros por coronas eslovacas me dijeron que eso ya no se llevaba. La cara de “guiri” gili que se me quedó debió de ser de órdago.
E X C U R S I O N E S
VIENA (Austria)
Ir a Viena es muy sencillo ya que está a sólo unos 60 kms de Bratislava. La manera más bonita de ir es en barco. Desde Bratislava y navegando por el Danubio se llega en 1 h. 30 min.

Aproximadamente. Un viaje muy bonito viendo pequeños pueblos y castillos semiderruidos hasta llegar a Viena. El viaje de ida y vuelta me costó 25 €. Una vez en Viena, lo de siempre, patear el centro de una ciudad llena de turistas, pero muy agradable.
Recomiendo ir a visitar el parque del Prater, auténtico pulmón verde de la ciudad, donde los vieneses van a pasear, correr, ir en bicicleta o a divertirse en el parque de atracciones con su famosa y cinematográfica noria, y almorzar alli. Los precios son muy “europeos” aunque sin excesiva diferencia con lo que se paga últimamente por aquí. Se paga en Euros.
BRNO (República Checa)
A unos 110 kms. De Bratislava se encuentra Brno. En dos horas te plantas allí. Es otra ciudad típica centroeuropea con su centro histórico precioso y tranquilo y el resto un poco caótico. Me llamó la
atención el nivel de vida que vi, era más bajo que el de Bratislava y con zonas de la ciudad bastante descuidadas. Unas pocas horas bastan. En Chequia utilizan la Corona Checa y el cambio es aprox. 1 € = 30 Coronas. Vas lleno de billetes con muy poco valor y la chatarra ni digamos. Una buena pinta de cerveza en una terraza del barrio antiguo me costó 45 coronas (1,5 €).
Este viaje lo hice en septiembre de 2010 y avión máss hotel (6 noches) en Bratislava en el Hotel Kiev (muybueno) salió por unos 300 boniatos.
Do videnia
Ahaj
Fernando
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