
Una de las principales causas de las lesiones musculoesqueléticas es la pésima ubicación de la pantalla del ordenador, que obliga a la persona a adoptar posturas muy forzadas. Lo ideal es que el trabajador se coloque frente a la pantalla y no tenga que girar el cuello para mirarla.
La fatiga visual se previene colocando la pantalla, el teclado y los documentos a una distancia similar de los ojos. En el caso del monitor, la extensión óptima es de 55 centímetros. Para que el ojo mantenga una línea de visión óptima tiene que mantener unos 10 grados de inclinación hasta la pantalla, siendo el centro el punto de referencia. Además, el borde superior del monitor tiene que estar a la misma altura de los ojos.
Entre el teclado y el borde exterior de la mesa tiene que dejarse una distancia de 10 centímetros, en la que se puedan apoyar las muñecas. Y el teclado tiene que situarse frente al monitor, para evitar giros de cabeza.
La superficie de cualquier mesa de trabajo tiene que tener un mínimo de 160 centímetros de longitud y 80 de profundidad. La altura libre para las rodillas debajo de la mesa tiene que ser de 65 centímetros, la anchura mínima de 75 y la profundidad de 45.
Si importante es la mesa de trabajo, tanto o más lo es la silla. El lugar en el que un trabajador puede permanecer durante una media de ocho horas debe ser lo más adecuado posible a la persona que la ocupa. Para ello, lo mejor es apostar por las sillas ergonómicas, porque se adaptan a cada caso en particular.
Una silla ergonómica se adaptará a la complexión concreta de su usuario, así como a su actividad, de forma que permita mantener en todo momento la postura correcta. Para considerarla como tal tiene que contar con giro, movilidad y regulación de altura del asiento y el respaldo.
La espalda tiene que apoyarse correctamente en el respaldo, adoptando posturas erguidas que faciliten el apoyo del tronco, sobre todo de la zona lumbar.
Una silla ergonómica se adaptará a la complexión concreta de su usuario, así como a su actividad, de forma que permita mantener en todo momento la postura correcta. Para considerarla como tal tiene que contar con giro, movilidad y regulación de altura del asiento y el respaldo.
La espalda tiene que apoyarse correctamente en el respaldo, adoptando posturas erguidas que faciliten el apoyo del tronco, sobre todo de la zona lumbar.
JESUS GILART
Núm III - Juny 2011
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