diumenge, 1 d’abril del 2012

Mirando las Estrellas

Querido “alguien”:
Digo querido alguien porque no se a quien le puede importar esta historia y si realmente alguien la va a leer algún día.

Son las dos de la madrugada de una calurosa noche de julio y no logro conciliar el sueño.  Decido salir al balcón para relajarme con el aire fresco de la noche.

Me siento en una silla medio destartalada por el tiempo y decido ponerme a hacer lo que mas me gusta: Escribir. Hoy estoy un poco indeciso. No se si decantarme por una historia  real o de ficción.  Decido que hace una buena noche para  una historia real.

Cojo el bolígrafo y el cuaderno y de repente veo delante de mi una barrera en forma de muro inmensa, tanto que consigue sacarme toda la información de la cabeza y dejarme la mente en blanco, como hipnotizado.  Por más que lo intento no consigo articular nada….

Miro de alejarme del muro por un extremo, pero desisto porque no encuentro el final.  Lo intento por el lado opuesto… ídem…

Los nervios se apoderan de mi.  ¿ Y si se me queda la mente en blanco para siempre?   ¿Y si no puedo expresar las angustias y amarguras de cada día.?   Mi válvula de escape es expresarlas por escrito.  Escribir me da fuerza física y moral, consigue darme la fortaleza necesaria para afrontar el mañana, que se a ciencia cierta será peor que el presente.

Decido no mirar al muro y mirar hacía atrás,  entonces aparece una bella imagen: mi esposa, mis cinco hijos y yo jugando la partida de nuestras vidas.   No quiero alardear, pero en esta partida llevo las mejores cartas.  La compañera de juegos es mi mujer, y ella, en su mudo de Alzheimer es feliz.   La partida ha de seguir, y ha de seguir incluso haciendo trampas a la compañera que lo ha sido durante  más de cincuenta años. Ojala no tuviera que hacerle trampas a ella y se las tuviera que hacer al destino.   Lo que mas deseo en esta vida es que esta partida no acabe como siempre acaban las partidas contra el Alzheimer.   Si acabara en tablas no sería tan injusta…. Que iluso.

Vuelvo a bajar la vista, la pesadilla del muro vuelve a aparecer y no consigo escapar de el.  La mente se vuelve a quedar en blanco. Cierro los ojos y decido que el único sitio para mirar es hacia arriba, hacía las estrellas esperanzadoras.  Al instante me empiezan a hacer señales…. Que querrán decir estas señales?  Me froto los ojos porque tengo la vista cansada y son las tres de la madrugada.  No consigo adivinarlo hasta que al bajar la vista veo que el muro ha desaparecido.   Creo que estas señales me han dado un mensaje muy claro.

Por fin lo entiendo, las señales de las estrellas me indican que he de continuar escribiendo mis penas y alegrías.  Si continuo haciéndolo  nunca mas volverá a aparecer el maldito muro que ha robado la consciencia de mi esposa y no nos ha dejado disfrutar de nuestros últimos años de vida en paz,  que ha roto nuestros planes que soñábamos para la vejez, que nos impedirá  ver crecer a nuestros nietos y ver la felicidad y prosperidad de nuestros hijos.  Al menos si escribo el muro solo lo verá ella.  He de aprovechar la oportunidad y disfrutar de  las estrellas antes de que se nuble el cielo y sea yo entonces el que quede otra vez atrapado por el muro para siempre.

Dios mío… he reflexionado tanto que sin darme cuenta ha amanecido y las estrellas se han ido haciéndome un guiño.  Tenia muchas mas cosas que explicarles, aunque realmente me encuentro mucho mejor, porque se que ahora soy yo el que tiene que luchar contra el muro del Alzeimer.   Estaré eternamente agradecido al cielo y a las estrellas por dejarme ver el camino de la esperanza….  Hasta siempre “Alguien”

Dedicado a Maria y Manolo por sus cincuenta años de amor mutuo incondicional
 
MªCarmen de Arcos Gomez
Control de Calidad y   Estadística Lleida


Núm I Abril 2011

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